Catulo es uno de mis poetas favoritos, así que cuando Rosario Guarino me invitó a participar en el libro BESOS PARA CATULO, CLXXI VERSIONES DEL CARMEN V, me puse a ello, y esta es, pues, mi contribución.
Gocemos, Lesbia mía, amor y vida,
y cuantos viejos gruñen tan adustos
impórtennos exactamente un rábano.
Es ley del sol irse y volver; la nuestra,
nada más írsenos tan breve lumbre,
es dormir una noche sin regreso.
Ve dándome mil besos, luego ciento,
mil de nuevo y los cien correspondientes;
procede a unos mil más, y añade cien.
Tras muchos miles, los embrollaremos,
para perder la cuenta o por si acaso
nos echa algún bellaco mal de ojo
al saber la de besos que llevamos.